Una obra construida desde el corazón y la tierra.
El superadobe es una técnica de bioconstrucción con tierra, en la que se rellenan sacos largos con arcilla del propio terreno. Estos se colocan en capas y se compactan, creando muros firmes y curvos que se integran de forma orgánica con el entorno.
Su forma circular no solo aporta belleza, sino también estabilidad y equilibrio natural. La tierra actúa como aislante, regulando temperatura y humedad: mantiene el interior fresco durante el día y cálido durante la noche, generando un confort que nace de la propia materia.
El proceso fue profundamente humano. Mujeres, hombres y niños trabajamos juntos, con las manos en la tierra, colaborando y reconectando con su energía. A medida que el domo crecía, también lo hacía nuestra conexión con la naturaleza y con nosotros mismos.






